Entrevista al experto: el sastre
Entrevista al sastre Eduardo Nipoli. “Tome una medida ejecutiva”, rezaba el eslogan de la casa Nipoli, que desde hace décadas ofrece “creaciones únicas en prendas finas”, respetando el estilo personal y aportando elegancia. Se trata de una firma familiar que ha atendido a cuatro generaciones de prestigiosa clientela desde que se estableció en su tradicional local de la calle Convención 1473, hace ya 70 años.
¿Cómo comenzó este negocio?
Mi papá, José Nipoli, fundó la casa en 1946. Venía de ser durante diez años el encargado de sastrería a medida de Tienda Inglesa, cuando era una tienda por departamentos en Ciudad Vieja. El señor Henderson por aquella época empezaba a cerrar algunas secciones para ir formando lo que después sería el supermercado.
¿Su padre ya tenía el oficio?
Era un sastre italiano, de la zona de Salerno, del Vallo della Lucania. Vino de chico, ya con el oficio formado, de tradición de sastres y zapateros. Y yo me incorporé a la sastrería en 1968, cuando en el piso de abajo empecé con la parte de prêt à porter, la venta de trajes confeccionados, sacos sport, camisería, pantalones y, sobre todo, corbatería. Eran dos públicos diferentes: uno que seguía con la medida tradicional, y otro que se innovaba con prendas totalmente confeccionadas, para gente joven.
¿Qué pasa ahora con las costumbres?
Tenés que tener otras herramientas para mantener un trabajo periódico. Hace 26 años le anexamos alquileres de jacquets, trajes y smokings. Entonces, trabajamos en tres secciones: confecciones, sastrería de medida fina y alquileres. Ha tenido mucho éxito.
¿Qué perfil tiene la persona que alquila?
Se trabaja a un nivel alto y ha incorporado clientela. Capaz que alguien que no conocía la firma, viene por un artículo y después queda como cliente de otras prendas. Nuestras piezas de alquiler se adaptan a la persona, se le toma la medida y después se lo prueba. Lo que estamos ofreciendo es calidad muy bien mantenida.
¿Cuáles son los tiempos prudenciales?
Para los trabajos a medida, generalmente 30 días. Y para los alquileres, entre 30 y 45 antes de la fiesta. Hay que venir con tiempo para cubrir las necesidades del cliente.
¿Qué tendencias mundiales han calado aquí?
En la parte de medida fina seguimos con lo clásico, pero dándole un toque de lo que se está exhibiendo en los desfiles o que la gente ve en sus viajes. Uno adapta la solapa más fina, el pantalón chupín, sin pinzas, más corto. Eso es lo último: una silueta más afinada y todo tiene que concordar. Generalmente es más para la muchachada.
¿La camisa blanca le gana a todas?
Para el día van más a la camisa rayada, a cuadritos o celeste, clásicas, que podés combinar con traje o saco sport. Pero de noche no se duda: en un casamiento vas a ver a todos con camisa blanca y traje oscuro. Como la juventud no usa, como antes, sacos sport o trajes en el sector de casimires, se visten directamente para los casamientos.
La merma en los oficios es la queja general, ¿no es cierto?
Lo artesanal fue cubierto por lo industrial, sobre todo por lo que viene de China, con precios con los que no se puede competir. Si no la formás vos, es muy difícil conseguir en plaza gente capacitada. Antes sí porque venían muchos inmigrantes con el oficio y tenían tanto trabajo que automáticamente les iban enseñando
a otros, porque no les daba el tiempo. Ya no sucede eso.
LAS CLAVES DE LOS EXPERTOS
Las telas que se llevan: Tratamos de que sean en pura lana y más bien finas, que las puedan usar todo el año. Antiguamente trabajabas con telas de invierno, media estación y verano. En el mundo, en general, hoy se trabaja con telas livianas. La persona gasta una vez y le simplifica no tener que cambiar de prenda de acuerdo a las estaciones.
Equipo completo (o no): El traje de casamiento siempre tiene que llevar chaleco, a no ser que hagas un casamiento playero, sobre el mar o en chacras en verano. Hoy en día hasta se está usando ropa sport sin corbata. Eso es a pedido del cliente.