
Novia mojada, novia afortunada

Una tradición centenaria es la de llevarle huevos a Santa Clara para pedirle buen tiempo para el día del casamiento. La futura esposa alcanza una docena de huevos al monasterio de Clarisas Franciscanas más cercano
y las religiosas le piden a Santa Clara, en nombre de la novia, la gracia de un día lindo para celebrar el evento.
Santa Clara fue una religiosa italiana que vivió en el siglo XVIII, en Asís. Seguidora fiel de San Francisco de Asís, con el que fundó la segunda orden franciscana o de hermanas clarisas. Clara se preciaba de llamarse “humilde planta del bienaventurado Padre Francisco”.
En el casamiento real entre el entonces príncipe Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, una persona de confianza de la reina Sofía llevó unas docenas de huevos al convento de las madres Franciscanas Clarisas, situado en el Paseo de los Recoletos de Madrid. Sin embargo, el 22 de mayo de 2004 la novia llegó a la Catedral Almúdena de Madrid en un auto, en lugar de hacerlo a pie como estaba previsto, debido a la persistente e intensa lluvia.
En nuestro país la tradición se mantiene; aunque no son muchas las novias precavidas, siempre hay alguna que cumple con la tradición y las monjas rezan por el buen tiempo. Después cocinan con los huevos o se los regalan
a gente del barrio que los necesite.
Llegado el día del casamiento, si llueve siempre queda decir, como dice el refrán: “Novia mojada, novia afortunada”. Para llevar huevos a Santa Clara: Monasterio de Santa Clara de Asís. Tel. 26822064, Elías Regules s/n, San José de Carrasco Norte, a pocas cuadras del Shopping Costa Urbana.