¿Cómo es el matrimonio católico?
Esta nota es un extracto de algunas preguntas del capítulo ¿Cómo es el matrimonio? del libro “Nos queremos casar!… como Dios manda, libro dedicado al tema del matrimonio católico que escribió Monseñor Jaime Fuentes, Obispo de Minas. A través de 43 páginas, con un formato de preguntas y respuestas, es un catecismo para novios que están preparando su casamiento.
¿Qué quiere decir la unidad del matrimonio?
La unidad del matrimonio quiere decir que, desde el momento que se dan y se reciben como esposos (instante del consentimiento, del “si quiero”), ya no se pertenece cada uno a sí mismo, sino al otro. Los dos forman una unidad nueva – son “una sola carne” y pertenecen a Dios. En consecuencia, por la dignidad de ser esposos, comprometidos de por vida a compartir la existencia, y por el bien de los hijos, la unidad se expres en una exclusiva fidelidad mutua.
¿Cuál es el alcance de esta exclusividad?
la persona es cuerpo y espíritu; por esto, el amor fiel de los esposos excluye los actos y también los pensamientos sobre una persona distinta. El adulterio, la fornicación y la pornografía, por ejemplo son pecados mortales contra el amor matrimonial, porque lo matan en el propio corazón.
¿Qué quiere decir que el amor es indisoluble?
Dios quiso la indisolubilidad del matrimonio, para que el hombre y la mujer participen de la alegría de su amor, que es una verdadera alianza siempre fiel. la fidelidad al compromiso de por vida contraído al casarse, constituye la mayor alegría que puede celebrar una familia; las bodas de plata, las de oro. fue el mismo Jesús quien proclamó solemnemente que nadie puede separar el vínculo con el que el mismo Dios une a los esposos cuando se dan el consentimiento matrimonial: “Ya no son dos, sino una sola carne. por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mateo 19,6)
¿Qué es el consentimiento matrimonial?
El consentimiento matrimonial es el acto de la voluntad por el cual el hombre y la mujer se entregan y aceptan mutuamente, en alianza irrevocable para construir el matrimonio.
¿Cuál es el alcance de la indisolubilidad del matrimonio?
En las palabras del consentimiento matrimonial está expresado claramente: los contrayentes se comprometen irrevocablemente a ser mutuamente fieles en la salud, la enfermedad, cuando las cosas van bien y también cuando haya dificultades, amándose y respetándose durante toda la vida, hasta que los separe la muerte. Basta pensarlo un poco, para entender que la promesa matrimonial, junto con la entrega a Dios siempre en el celibato apostólico, es la más valiosa, la más digna y grande que puede hacer una persona.
¿Cómo se compagina el compromiso matrimonial con la libertad?¿No se pierde libertad al casarse?
Tenemos la libertad para poder atarnos, por puro amor, a la persona que se ama. En toda elección importante que hace una persona (una profesión, por ejemplo) al elegir deja de lado otras posibilidades. El motivo más grande para perder la libertad es el amor: entonces se entrega con alegría la propia libertad y no se considera una pérdida, sino una ganancia.
¿Y si más adelante uno de los dos se cansa del otro y se enfría el amor? El amor es como el fuego: si no se alimenta, seguramente se apagará. para que no pase esto, es necesario cuidarlo, y actualizar la gracia de Dios, sin olvidar que la elección del otro como pareja tiene un carácter exigente: el consentimiento mutuo, como se ijo, es un acto de voluntad, no solamente del sentimiento. En los primeros tiempos del matrimonio, este acto puede traducirse como un “me case contigo porque te quiero”. Cuando pasan los años, es posible que su traducción sea “porqu me casé contigo, te quiero” es decir, renuevo mi deseo de quererte.
¿Cómo cuidar el amor matrimonial? Sobre todo, aprendiendo a valorar y vivir el contenido del compromiso matrimonial, expresado en los detalles de la vida ordinaria: tratándose con respeto, como un verdadero regalo que Dios le ha hecho a cada uno en la persona del otro; cultivando el buen humor y el optimismo en las dificultades; ayudándose en todo lo que supone la atención de la casa y la educación de lso hijos; buscando tiempo para estar juntos; poniéndose en el lugar del otro; cuidando el arreglo personal; rezando juntos.
¿Hay “luces rojas” que avisan la proximidad de una crisis en la relación matrimonial?
Sí , ellas pueden ser, por ejemplo: la rutina en la relación; la falta de imaginación para “sorprender” al otro; la falta de diálogo; la insinceridad. Estas son “luces rojas” a las que hay que prestar atención. la raíz suele ser el egoismo. Pero hablando con claridad y con disposición de corregir lo que anda mal, recurriendo a los sacramentos y la oración, es fácil superar estas dificultades.
Si, a pesar de todo, la convivencia entre los esposos se hiciera insoportable, ¿tienen que seguir, sin posibilidad de separarse?
Antes de tomar una decisión tan importante deberán agotar todos los recursos, por el bien de ellos y de los hijos, para mantener unida a la familia: pedir consejo, hablar con sinceridad, pedir perdón y estar dispuestos a perdonarse.
En el caso de que, después de poner todos los medios, se divorciaran, ¿podrían volver a casarse?
No, no podrían hacerlo porque la alianza matrimonial hecha ante Dios y la Iglesia es, como se ha dicho, indisoluble. ver Marcos 10,3-12.
¿Que significa la apertura a la vida en el matrimonio?
Significa en primer lugar, que marido y mujer deben sentir un profundo agradecimiento a Dios, por confiar en ellos para colaborar con su poder creador. El deseo de Dios es que , como fruto del amor de los esposos, se multipliquen los hijos y lleguen todos, padres e hijos, a la gloria del cielo y sean felices toda la eternidad.
Para leer la primer parte de la nota aquí.
Si te einteresan más notas sobre el matrimonio católico aquí:
Para leer el libro completo lo pueden comprar en puede adquirir en LEA Tienda Arquidiocesana, y su valor es de $150.