Un casamiento en Martindale
Elena Braun y Juan Ignacio Surraco se casaron el 13 de abril de 2024 en la Capilla Santa Margarita de Escocia de Martindale Country Club, Buenos Aires. Festejaron después en casa de la novia en el mismo club.
La novia
Elena llevó un vestido de El Camarín. “No me veía con el típico vestido de novia, no me gustan tanto los géneros muy tramados o bordados que se usan mucho ahora. Me gustan los géneros naturales, la seda, la gasa de seda, la organza, y diseños simples, nada muy sobrecargado. Empecé yendo a varias diseñadoras que me presentaron ideas con estos materiales, pero nada me convencía demasiado. Un día un poco frustrada con la búsqueda, y por recomendación de una amiga, me metí en la página web del Camarín y encontré el vestido. Al día siguiente, fui con mi prima y una amiga y, ni bien me lo probé, las tres coincidimos que era ese el vestido. Así que lo señé y lo mandé a hacer a mi medida ese mismo día. Cuando estuvo listo, me lo fui a probar y me encantó, pero al ser un vestido de fiesta, y a pesar de que buscaba algo simple, me parecía que le faltaba algo. Entonces, decidí mandarme a hacer una capa en el mismo género y color”. Elena se mandó a hacer la capa con Gone . “ Me saqué las ganas de crear algo desde cero para mi, sin los nervios de que fuese el vestido, muy linda experiencia” agregó.
En la mano llevó un ramo de flores creado por The Makers con flor de humo, molucella, lisianthus, crisantemo otome y una hortensia, “no podía ser más perfecto” contó Elena.
Los zapatos eran de Aldi para Gone. La maquilló y peinó Victoria Goñi.
La ceremonia
Se casaron en la Capilla Santa Margarita de Escocia de Martindale Country Club. Pasadas las 13.30 Elena llegó acompañada de su padre en un MG descapotable azul de los años sesenta.
Elena entró del brazo de su padre al son de Pompa y Circunstancia, la canción preferida de entrada de su padre.
La decoración de la capilla estuvo a cargo de The Makers “todo haciendo juego con mi ramo y la decoración del lugar de la fiesta”.
Para la música de la ceremonia “le pedimos a la mamá de Juan que nos ayude con la elección de los músicos de la ceremonia, ya que le encanta la música y tiene muy buen oído”. Contrataron a Laura Bjelis, con un trío de teclado, cello y violín. “Junto a Papá y Juan eligieron los temas de Panis Angelicus para la previa, Pompa y Circunstancia para la entrada, Intermezzo Cavalleria Rusticana para los anillos, para la salida, Meditación de Thaïs y Gabriel’s Oboe de la Misión”, recordó Elena.
Lo mejor de la ceremonia: “fue llegar y ver tantas caras de personas muy queridas esperando para compartir un día tan importante con nosotros, entrar y verlo a Juan esperándome con una gran sonrisa y ojos llenos de emoción, que Rufi (mi sobrino postizo, hijo de una íntima amiga) nos trajera los anillos y, por último, qué haya aguantado la lluvia durante la ceremonia permitiéndonos hacer la entrada con Papá al aire libre y, en la salida, saludar a todos las personas que vinieron”, recordó la novia.
La Fiesta
La fiesta fue “en nuestra casa en el mismo club. Siempre supe que quería casarme en casa al aire libre, en el verde. No sólo porque es un lugar muy especial para nosotros, que nos identifica mucho ya que suele ser la sede de asados los fines de semana con familia y amigos (nos encanta recibir, cocinar y que se generen largas jornadas), sino porque también era el lugar preferido de mi mamá, que aunque no pudo estar presente ese día, pudimos recordarla muy vívidamente”.
El DJ: Gaston Camisani “un capo. Nos hizo bailar todo el día y noche sin parar. Mucho rock nacional, disco y poco cachengue, como le pedimos”, recordó la novia. “Además contratamos a Lenny Funk, que nos encanta, para que pase unos temas y agite como él bien sabe, y fue un éxito también”.
El servicio de comida: “fue de Tarela´s. Nos encanta comer rico, así que la elección de la comida no era un tema menor. Al hacerlo al aire libre, nos interesaba que hubiera una propuesta de fuegos y un menú acorde al espacio. Tenía una buena parte de fuegos y reemplazamos el sushi de la propuesta, para hacerlo más campero. Comida rica, atención al detalle y buenísima onda de todos desde el principio hasta el final del evento”.
La decoración: “The Makers, los planners del evento. querían una ambientación fresca, simple, de estación y colorida. Unas genias, interpretaron a la perfección lo que queríamos, fue muy lindo confiar y llegar y que sea incluso mejor a lo que nos imaginábamos”.
Lo mejor de la fiesta: “Estar rodeados de tanto amor. Fue muy lindo compartir con nuestras personas preferidas un día tan importante en nuestras vidas. Al hacerlo en casa, no pudimos invitar a más de 250 personas. Al final, resultó ser el número ideal. No había nadie que no fuese super cercano, toda gente que nos quiere mucho y a quienes queremos mucho”.
Algo especial:
- La entrada por el jardín de nuestros vecinos (mis primos) hasta la carpa al son de “Es el amor” de Estelares, nuestra canción.
- “La canción que nos compuso y cantó de sorpresa Valen, la hermana de Juan que es cantante”.
- “El discurso de mi papá, que hizo más presente aún a mamá”.
- “El brindis con mastiha (bebida tradicional de Grecia, donde hoy vivimos, que nos consiguió de regalo mi primo)”.
La Luna de Miel
Noche de bodas: “En la habitación principal del club house de Martindale, donde yo me había cambiado. Lo suficientemente cerca de nuestra casa, como para volver al día siguiente y juntarnos con familia y amigos para revivir el día anterior con unas ricas empanadas y los vinos salteños que sobraron (elegidos especialmente dado que fue ahí donde nos comprometimos y de donde es la familia materna de Juan)”.
Luna de miel: “una escapada express a Cafayate 10 días después del casamiento. Dado que un mes después nos mudamos a vivir a otro país, decidimos posponer la luna de miel real, vendrá en unos meses cuando tengamos tiempo y energía para organizarla”.