
Claves para un matrimonio feliz

“Fueron felices y comieron perdices…”. Aunque parezca simple, esta memorable frase final de los cuentos tradicionales que nos leyeron en la infancia representa lo que todos anhelamos cuando estamos por acercarnos al altar. Por eso, en este número de Bodas, conversamos con Cecilia Viana, una experta en matrimonios que asegura que “no hay nada que te haga más feliz que un matrimonio feliz”.
Viana es coach en relaciones humanas, con una especialización en matrimonios. “El coach estudia a la persona y la persona se define en el matrimonio. El matrimonio es la relación más importante; si no estás bien en la vida personal, eso impacta profesionalmente. Para mí los matrimonios son sagrados”. Por este motivo, Viana decide estudiar en dos institutos reconocidos por su trayectoria y la eficacia de sus métodos: el Instituto Gottman (del doctor John Gottman y Julie Gottman) y el Instituto Internacional para la Excelencia en Terapia Focalizada en las Emociones de la doctora Sue Johnson.
¿El amor es una ciencia?
Sí, es una ciencia. En Estados Unidos se estudia como una ciencia y están a años luz de nosotros. El doctor John M. Gottman habla de estrategias para hacer que un matrimonio funcione. Según el experto, “las parejas felizmente casadas, en sus vidas cotidianas, han adquirido una dinámica que impide que sus pensamientos y sentimientos negativos sobre el compañero (que existen en todas las parejas) ahoguen los positivos. Es lo que llama un matrimonio emocionalmente inteligente”. Los matrimonios que funcionan bien son los que miran lo positivo del otro, porque todos tenemos cosas negativas, pero el amor verdadero se inclina a mirar lo bueno. El cansancio de la vida diaria, las exigencias muchas veces nos llevan a mirar lo malo.
¿Todos los matrimonios pueden ser felices?
Sí, la terapia de Gottman no es de resolución de conflictos, sino de “manejo de conflictos”, y esto es muy importante porque el 70 % de los problemas de los matrimonios son perpetuos, no tienen resolución. Así sean problemas de plata, de familia política, de sexualidad, de paternidad o de amigos, no tienen resolución. Gottman dice que no hay ningún problema que destruya un matrimonio, la solución está en cómo manejar los problemas. Por eso la terapia está enfocada en eso. Hoy en día los matrimonios solo se mantienen por amor; en otra época se podían mantener por plata, religión o por costumbre social; hoy es solo por amor, por eso tenemos que entender de qué se trata el amor.
¿Y qué es el amor?
Sue Johnson, autora de Love Sense, define el amor como: “Vas a estar para mí?”. “Voy a contar contigo?” Tiene que ver con el “vínculo de apego”, que nace del amor de madre e hijo (este vínculo es de supervivencia), y en la adultez se traslada a la persona amada. Por eso la primera lealtad dejan de ser nuestros padres y pasa a ser nuestro marido / mujer. Es saber que podés contar con la otra persona al 100 %, la persona se abre al otro y aparece la entrega, lo que genera una gran conexión.
¿Qué se necesita para lograr un matrimonio feliz?
El matrimonio tiene distintas etapas. El amor necesita crecer; si no, se estanca, y es entonces donde se instala en el matrimonio el síndrome de: “Te quiero, pero no estoy enamorada”. Cada etapa del matrimonio tiene una habilidad que debe ser consolidada. Por ejemplo, en la segunda etapa, que es el anidamiento, esta habilidad es “aprender a discutir”, lo que en la primera etapa se evita por temor a perder a la persona amada.
Para ser felices, el amor debe crecer, pasar a la siguiente etapa; de lo contrario, nos sentimos infelices.
Todos somos diferentes, es importante saber qué es lo que necesita el otro. La tendencia de los humanos es darle al otro lo que nosotros queremos recibir, y hay casos en que la pareja necesita otra cosa. Para ello ayuda a entender que todos tenemos reglas para saber y sentirnos queridos. Hay que averiguar cuáles son las de nuestra pareja.
¿Hay algún acto con el que se puede predecir un divorcio?
Gottman, a través de la investigación, ha encontrado que hay algunos elementos que son predictores de divorcio o de matrimonios altamente infelices. Es bueno saber cuáles son, para alejarse de ellos y no permitir que entren a la pareja. El primero es la descalificación, criticar al otro; luego habla de la actitud defensiva, en muchos casos va unida a la crítica y nace del intento de protegerse a uno mismo. En tercer lugar habla del desprecio, este hiere en profundidad al matrimonio, es muy duro. Por último, está el bloqueo: vivo con esa persona, pero levanto una pared y no lo dejo acceder a mí, ni a mis emociones. Eso genera un nivel muy importante de sufrimiento en la otra persona. En todos estos casos hay que buscar la manera de decir las cosas y de acercarse a su pareja de otra manera. Los matrimonios generalmente consultan seis años después de empezar a desacomodarse, y eso no es bueno, porque vienen desgastados. Por eso es recomendable buscar ayuda cuando recién se empiezan a ver algunos síntomas.
¿Qué tipo de valores es importante cuidar para el buen funcionamiento de una pareja?
Todas las personas tienen valores diferentes y lo importante es saber cuáles son los valores sagrados de la persona que está a tu lado. Cuando el otro entiende cuál es valor más importante para ti, que tiene que ver con tu esencia y cómo estás constituida, eso no se puede discutir ni tocar. Por ejemplo, mi marido sabe que la fe ocupa un lugar fundamental en mi vida, y él sabe que en eso no voy a poder ceder. Creo que esos valores son los más importantes de cuidar.
¿Hay alguna receta para que el matrimonio funcione toda la vida?
Los matrimonios que van para adelante son los que tienen un nivel de compromiso altísimo. “Si yo sé que vas a estar y no estar”, eso ya empieza mal. Si el vínculo de apego se desapega y la pareja no está conectada en profundidad, entra el miedo en el matrimonio y la señal es negativa. Una de las principales necesidades del ser humano es la certeza; saber que voy a tener estabilidad en la pareja es fundamental, y saber que hay un vínculo incondicional para cada uno es muy sanador.
¿Qué cosas no se pueden desatender en la pareja?
Siempre la pareja tiene que ser lo primero, por encima de todo, de los hijos, del trabajo, de la familia. Los problemas empiezan cuando uno de los dos siente que el otro no lo prioriza. Ahí empieza a buscar el amor o la conexión en otras partes. La persona comienza a buscar “el compartir” en sus amigos, en la familia, en los hijos. La fuente de amor ya no viene del otro, y esa señal se empieza a sentir.
¿Qué consejos le daría a las novias que se están por casar?
Voy a dar un consejo que me dio mi abuela y que me marcó: “¿Lo vas a hacer feliz?”. No me preguntó: “¿Te va a hacer feliz?”. El amor necesita mucho cuidado, las personas somos frágiles, delicadas y hay que tener presente que cada día cuenta en el matrimonio. Se trata de buscar la felicidad del otro de verdad y eso hay que cuidarlo todo los días. Además les diría que no hay nada mejor que estar casado y que no se olviden que el matrimonio está llamado a ser feliz. Es como el timón de un barco: si se dan cuenta de que está mal, hay que enderezarlo, porque tiene que ser la felicidad más grande. El amor de calidad te da una plenitud increíble, no hay nada que te haga más feliz que un matrimonio feliz. Es el lugar en donde las personas tienen las inmunidades más altas.
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