Entre los viñedos
El casamiento fue en el Monasterio de Armenteira, Pontevedra y la fiesta entre los viñedos en Pazo Señorans,
El vestido era de Inés Martín Alcalde, en tul de seda y encaje tomado de una camisa de los años treinta.
Los zapatos eran grises, de Jimmy Choo.
La novia se preparó junto a su familia en el Pazo de Señorans.
Los invitados llegando al Monasterio de Armenteira, Pontevedra.
A la entrada del monasterio había dos canastos con conos de papel llenos de hojas de olivo para tirarles a los novios.
En los bancos se dispusieron programas de la ceremonia religiosa, con el nombre de los novios y un dibujo en acuarela del monasterio.
La novia llegó a la iglesia del brazo de su padre, José Manuel Barros, y entró al son de “She”, de Elvis Costello, ejecutada por el grupo Broken Peach.
La decoración de la iglesia estuvo
a cargo de Elena Suárez.
La fiesta fue en Pazo de Señorans, donde hay viñedos de vino albariño, en las Rías Bajas en Pontevedra,
Los invitados entraron al pazo cruzando un pasillo de 30 gaiteros, que tocaban canciones típicas gallegas.
Una estación de quesos instalada en el jardín, con mesa de caballetes, canastos y hortensias.
Las mesas se decoraron con centros de mesa altos de follaje verde y uvas en la base. Los platos de sitio y de pan eran de cestería.
Más detalles:
Casamiento religioso: 30 de julio, en el Monasterio de Armenteira, Pontevedra. Decoración de la ceremonia: Elena Suárez. Música de la ceremonia: Broken Peach (coro gospel). Vestido: Inés Martín Alcalde. Peinado: Peluquería Eme Lab. Maquillaje: Pedro Ares. Zapatos: Jimmy Choo. Vestimenta del novio: Rubinacci, sastrería de la familia del novio. Lugar de la fiesta: Pazo de Señorans, viñedo de vino albariño. Servicio gastronómico: Casa Román. Decoración de la fiesta: Pazo de Señorans. Disc Jockey: Ñajo Romero. Noche de bodas: Pazo de Señorans. Luna de miel: Indonesia e Isla de Sumba. Anillos: Joyería Suárez de Madrid. Invitaciones: Ciceronia. Lo mejor de la fiesta: “El mood ítaloespañol”, comentó María. Algo original: “Lo que más se destacó fue la música. Los invitados entraron en el pazo por un pasillo de 30 gaiteros, que tocaban canciones típicas gallegas. Nosotros entramos en el aperitivo con el ‘Aleluya’. Toda la cena fue amenizada con música italiana al igual que el baile de los novios. A los invitados se les regalaron pulseras de la buena suerte con el amuleto napolitano, el cuerno. Hubo muchos guiños a Italia, la música, la comida, los confetis”, recordó la novia. Un consejo para futuros novios: “Disfrutar, porque pasa volando”, concluyó María.